Ya os hable de ella. Durante unos meses se convirtió en una pesadilla mordedora, que tenía al elegante y tranquilo Madriles agotado, suspirando por los rincones y diciendo (si pudiera hablar, aunque yo le entendía perfectamente....) ¿qué he hecho yo para merecer esto?... y a nosotros los tobillos destrozados, los muebles rasguñeados y el animo cansado de tanta ansia rompedora.
Fue creciendo y su energía destructora no disminuía, aunque eso sí, cada vez estaba mas linda. Previniendo el posible celo, la dimos las pastillitas, pero parece que su organismo fue mas fuerte y finalmente Madriles se vengó, porque durante un mes la estuvo montando día si día tambien...con sus consiguientes consecuencias.
No deseabamos ser padres perrunos tan pronto, pero ya se sabe, los padres finalmente se amoldan a todo. Y durante dos meses que duro su embarazo, fue transformándose poco a poco, tranquilizando su carácter, hasta conseguir que dejaramos de llamarla chancha inmuda y recuperasemos su nombre, Neka, y ya solo podíamos decirla Neka bonita, Neka linda, porque cada vez era mas buena y cariñosa.
Parió en el sofa, con las grandes damas (eso nunca dejó ni dejarla de serlo) y aunque no sobrevivieron todos, ahora tenemos cinco habitantes mas en la casa, que han hecho suya la futura habitación de Lara y que nos hacen sonreir todas las mañanas al levantarnos y al acostarnos. Son lindos, tres chicas y dos varones, gordotes ellos, y ya tienen padres adoptivos que los vendrán a recoger en un mes. Les echaremos de menos, seguro, pero con la inminente llegada de Lara ya estamos mas que contentos.
Ella, Neka, es una madre ejemplar, y no se separa ni un segundo de sus retoños....ay naturaleza, tú si que eres sabia....
