Sobre el número 6: Sólo el 6% de las mujeres indias están a favor de las relaciones sexuales antes del matrimonio. Además ya sabéis que en India las uniones son concertadas, que son los progenitores los que eligen a tu futura pareja. Por otro lado, los gobiernos indio e israelí han llegado a un acuerdo por el cual los ciudadanos del segundo país pueden estar un máximo de 6 meses en el primero y después no pueden regresar hasta los 3 años. Por aquí se escucha de todo sobre esta noticia. La mayoría pensamos que el gobierno judío considera que son demasiados los jóvenes que abandonan su país después de terminar el servicio militar (tres años para los chicos y dos para las chicas) y pretende que si se van --puede que a día de hoy haya más de 100.000 israelíes entre India y Nepal-- al menos no lo hagan por tanto tiempo.
Al ir a pagar le di un billete al camarero, este lo miro y me dijo: "You have to give Juan Rupi more". "What?", le espeté. "That you have to give Juan Rupi". Y entonces caí: Le tenia que dar una rupia ("one rupee"). Así que lo que los niños tan insistentemente me pedían era "one rupees". Respire tranquilo, aunque seria mejor decir que respire al fin. Bundi, dejo de ser un lugar pavoroso en el que los niños pretenden hacerte olvidar todo lo que has sido.
Por lo demás, el pueblo respondía a las constantes de la India: El tipo que vendía gafas de sol era ciego, los funerales hindúes iban precedidos por una orquesta o algún viejo me ofrecía rape (la cocaína de los pobres por estos lares). En fin, puro delirio.
Por las noches tenia que elegir entre encender el ventilador y dormir debajo de las hélices de un helicóptero o tener que aguantar las picaduras y los vuelos rasantes --cerca de mis oídos-- de los mosquitos. Si alguno de los dos ruidos me desvelaba --algo habitual-- pensaba en las religiones que menos me gustan, hacia listas: Evangélico para nada (suelen ser antiguos presidiarios o ex viciosos. "Nada peor que un delincuente arrepentido", pensaba. Además, ser evangélico te equipara con Bush o con Condoleeza Rice), ni judío (jodíos, sólo hay que ver los telediarios), después católico (por puro aburrimiento) y después, después, budista (para no tener que contemplar la sonrisa del Dalai Lama). Pensaba también que me gustaba lo del principio, cuando los hombres miraban al cielo y veían al sol y a la luna y quiza las estrellas, luego miraban hacia delante y veían a los animales y después al suelo y sentían la tierra, la Tierra.
Y más cosas: Después de enterarme de que cientos de kilos de carne habían sido tirados a la basura por las condiciones en las que habían sido sacrificados los animales, me preguntaba si realmente somos tan ingenuos. ¿Es que hay todavía hay alguien por ahí que piensa que los animales son 'almacenados' y sacrificados 'humanamente'? ¿Es que no sabemos lo que están haciendo en Auschwitz, en Dachau, en Treblinka, en Buchenwald? ¿Es que no sabemos lo que está ocurriendo en la nave nodriza de V? ¿Para que pensáis que suben a tanta gente y que todos los que suben jamás reaparecen? La historia, como siempre, nos juzgara. Dentro de siglos, si esto sigue en pie, se nos recordará como la generación que acabo con la Naturaleza. ¿A cuanto estará el kilo de merluza dentro de 100 años? A nada, no habrá. Pero después esa carne se tira, como para limpiar nuestras conciencias, de cara a la opinión publica imagino.
Y ya puestos que se puede conocer a los ciudadanos de un país por su forma de conducir. Los indios serian principalmente egoístas, impacientes e intrépidos.
Me levantaba fatigadísimo claro.
Me fui de Bundi. ¿Que podía hacer? (Ya había recuperado mi identidad). No sin antes vivir un par de situaciones curiosas al comprar un cortaúñas.
Llegue a Pushkar, que es como la Casa de España en India (tal es el número de nuestros compatriotas que pasea por sus calles). Este pequeño enclave, que se construyo alrededor del lago en el que Brhama (uno de las deidades mas importantes del hinduismo), es conocido en todo el mundo por la Feria del Camello, que se celebra durante la luna llena del mes de noviembre. Es uno de esos lugares tan sagrados que no se come ni carne, ni derivados de los animales, tipo huevos o queso. Me hospede en un hotelillo a orillas del lago. Por la noche, de alguno de los cientos de templos que hay en el pueblo, me llegaban los sonidos de los tambores o los cánticos de alguna de las innumerables 'puyas' (ofrendas) que se realizan durante las 24 horas del día. Menuda verbena. Parecía la Feria de Sevilla versión 'religión mix'.
Dentro de la ciudad y por los alrededores viven 'locales' que por sus atuendos y por su físico te hacen darte cuenta que Rajastan es la región de la que provienen los gitanos. Y que te miran a lo ojos, con esa intensidad de la que sólo son capaces los indios.
Rosas, aquí termina esta esquela de calor, secuela de color.