sábado, 27 de junio de 2009

viernes, 26 de junio de 2009

Al pop se le paró el corazón

Durante algunos meses, mis hermanos y yo, cada jueves por la tarde, aprendíamos sus brillantes y vibrantes coreografías. La ocurrencia fue de mi hermana, que contactó con un grupo de baile a través de internet. Mi hermano se animó y yo, que me apunto a una ronda de aspirina, también. El "profesor" es uno de los mejores imitadores de Michael Jackson en España. Bailábamos durante horas en los locales subterráneos y públicos del metro de Madrid. Sudábamos, pero nos alegraba la tarde ir allí a dar saltos mirándonos al espejo. Estos días me acuerdo de algunos amigos que eran fanáticos del rey del pop, como el pequeño Alberto, el amigo de mi hermano de la urba, o Gema, del instituto...y mucho antes, recuerdo que me daba mucho miedo cuando echaban por la tele el videoclip de Thriller. Por muy bañado en oro que esté su ataud, ahí dentro no hay espacio para bailar...

domingo, 21 de junio de 2009

el espíritu de la golosina

Bailarina sobre el atardecer de aquel VERANO. Ibiza. 2004. Pisando la arena. Olé.

jueves, 18 de junio de 2009

B.B.


Le echó una carrera al verano y llegó tres días antes. La chica avispada, la niña traviesa, la de la melena rubia y el taconazo...la del baile infinito, la chica de essse barrio. Feliz día.

martes, 16 de junio de 2009

La foto 28


¡Quedé finalista en la Fotomaratón de Aluche!!!!!. ¡Qué ilusión! Con tanto trajín, me acabo de enterar. Ni siquiera bajé a la caseta donde estuvo expuesta...pero...¡qué ilusión! (Bueno, había más de cien finalistas pero...¡qué ilusión!!!)

lunes, 15 de junio de 2009

tarde libre

En los casi dos años que estuve viviendo en San Hermenegildo nunca bajé a Plaza España al caer el sol. Lo hice la semana pasada, en mi tarde libre. Si te sientas mirando a esa bola del mundo que preside la plaza, a la izquierda puedes ver las borrosas luces de la Gran Vía cuando la tarde se desploma. Cientos de coches que suben y bajan, que van, que vienen. Rápidos o lentos. Tristes, felices. Susurrando, gritando...Un café helado, un pitillo que se deshace entre mis dedos y el pensamiento suspendido entre el cesped del que ha sido siempre mi punto de partida. Cuatro horas libres estiradas en un paseo con mi bolso colgado del hombro, ese al que a veces echo de menos.

sábado, 13 de junio de 2009

jueves, 11 de junio de 2009

pequeñas coladas

Colgar toda su ropa sin pinzas, y que la seque el sol, y quedarme mirando la cuerda como si fuera un cuadro colgado en una de las paredes el Reina Sofía.

miércoles, 10 de junio de 2009

la rana de Keiko


Hoy vuelve Keiko, que cumplió lo prometido y vino desde el país del sol naciente para conocer a Leo. Y vino con una rana tejida en sus tardes libres debajo del brazo. En cuanto salió de su bolsa de papel, se encaramó a la ventana de la habitación de Leo, y de allí no hay quien la baje.

sábado, 6 de junio de 2009

viento del oeste


Hoy sopla viento del oeste, así que me subo a la habitación y me pongo mis zapatos rojos, y salgo a buscar un camino de baldosas amarillas que me llevará hasta Madrid, hasta el barrio que será siempre nuestro barrio.

viernes, 5 de junio de 2009

Despertarse

batallas contra el amarillo


Llevamos un mes de pelea con el color amarillo, un color que ha venido a instalarse en casa, que ha invadido a Pita sin su consentimiento pero como consecuencia de sus tercas ganas de no comer. De no comer porque me cambiáis de casa, de no comer porque me cambiáis de comida, de no comer porque hay un enano llorón durmiendo en mi lado de la cama, de no comer porque no tenéis tiempo para abrirme el grifo de bidé y beber tan tranquila, de no comer porque algún que otro fin de semana habéis traído un perro a casa, mi espacio, a mi terreno (suponemos que la gota que colmó el vaso). Y con la tontería del no comer, pasamos de pesar más de seis kilos a los tres y medio de hace más de dos semanas. Y con tanta pérdida y tanta desgana, el hígado de Pita de petó y el amarillo se instaló en sus orejas, en sus encías y en su boca. Y el no comer porque estoy enfada paso a ser un no comer porque estoy mala. Y sufrimos las jeringuillas a la fuerza y cuatro días de suero y yo no sé cuantos días de comer poco y a base de súplicas y caricias varias. Y la pescadilla que se muerde la cola (no como porque estoy mala, estoy mala porque no como) casi puede con nosotros.

Esta mañana Pita ha sacado sus dos patitas de estar más allá que acá. El amarillo se ha ido, así que parece que le hemos ganado la batalla al amarillo, pero no sé si hemos ganado la guerra, así que seguimos peleando, por lo siglos de los siglos...