Este año he visto más campos de girasoles que en toda mi vida... Y los he metido en mis sueños, casi todas las noches... Y mis sueños se han llenado de amarillo, de luz que traspasa los párpados cerrados, de fuerza que sale de alguna parte que no entiendo... Y muchas mañanas me he despertado deseando ser un girasol bien amarillo en medio de un mar amarillo, y dar vueltas al son del sol que más calienta, y no pensar en más, en nada más...
jueves, 2 de septiembre de 2010
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