Encuentros atemporales de la mano del perseguidor de eclipses... Toda una cascada de risas, ilusión, y ganas de vivir lo único que tenemos: El presente, el presente, el presente... Gatos enroscados, zumos de naranja, luces encendidas, imanes en los bolsillos, pequeñas patadas al suelo, recuerdos, un montón de recuerdos... Y se va entre la nieve, y me repite la misma frase que anoche dijo entre ron y tabaco alegre: Lo único seguro es que nada es para siempre princesa.
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