viernes, 11 de marzo de 2011

Mi mar de recuerdos

Y la vida se va viviendo sola, sin que nosotros podamos hacer nada, cambiar nada, olvidar nada... Y el mar de mi infancia, de un día para otro, se convierte en un pozo infinito de tristeza... Y mi cabeza se llena de sus palabras: "Zusto, que me da zusto, y no puedo dormir. Anda, sube tú, que aunque seas más pequeña, a tí no te da zusto".

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