Puedo amar de lunes a viernes,
rozar una luz de sábado,
deslizar caricias un domingo.
Y siempre llego desde un arcoris,
con miedo a que alguien se rompa la cabeza contra una pesadilla
o desaparezca para siempre de mis tardes de invierno.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario