martes, 3 de marzo de 2009

ELLA

Una vez más la vida me demuestra que las cosas no son nunca como uno las piensa.
Tres meses y medio convencida de que lo que venia a acompañarnos al Rubio y a mi para el resto de nuestra vida (y a todos lo que nos rodean), era un nene y de repente, la ciencia le cambio el sexo y nos trajo una nena. Y la cara de felicidad de Iñaki cuando se enteró es de esas que uno querría guardar en la memoria para siempre.
Ahora tiene la ardua tarea de buscar un nombre, porque el nene ya tenía uno, y le prometí que si era chica él tendría la última palabra.
A mi me da igual nene o nena, los dos me hacen refeliz. La única diferencia es que ahora cuando la hablo puedo decirle “mi nena bonita”….
Ya sólo faltan cinco meses… como pasa el tiempo
….

1 comentario:

Anónimo dijo...

siiiil......!!!!!!!!!!
recontrabesos desde acá de la tierra patria, de vuelta ya... aunque pensando en regresar al lugar de donde nunca debí regresar; o sea, FUERA DE AQUÍ.
recontratotal, que enhorabuena y besos gordos p'toda la (nueva) familia.
q enrevesau comentario, Dios!
(estuve mirando vuelos p'baires, by the way).
besooooooosssssssssss!!!!!!!!