domingo, 28 de marzo de 2010

ravaleando



El corazón del Raval nos estaba esperando. Un té verde en cada esquina, zumos como en Marruecos y pan de pita, dulces de almendras y la bonita porquería de los barrios que se viven. El jaleo, las peleillas nocturnas, un balcón a la calle L'hospital y las ganas que teníamos de achuchar Barcelona cada mañana. Aunque algunos, en el hostel, nos quisieran matar. (Jon estuvo de jarana toda una noche y tumbó hasta a los erasmus).

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