jueves, 13 de enero de 2011

LA VERDAD

¡Qué injusta era la verdad! Y, sin embargo, era la verdad. Hay personas que la buscan y personas que la esquivan. Yo siempre he sido de las que la acaba encontrado. No me la cuentan, no me la dicen. Yo la descubro sola. Y nunca, nunca, me he equivocado cuando después he ido a preguntar si aquella era la verdad, porque SIEMPRE era la verdad. Quizá, por eso, la llevo conmigo a cada rato, escrita en la frente, y la frente en el alma. Y cuando me reprochan que soy cruel, demasiado fría o extremadamente dura, les digo siempre: "Era la verdad y la verdad te ayudará más ". Los idiotas compasivos, los que usan la mentira porque son cobardes, no se quedan en la retina, no te acompañan en la memoria. No merece la pena, ni tan sólo, despreciarlos, ni decirles que sabes (idiota) la verdad. Es mejor que sigan creyendo, un peldaño más abajo de nuestra propia inteligencia, que salvaron bien la situación, porque sólo en ese caso la mentira les ayuda más. Yo me quedo con la verdad porque esa, de verdad, la que desnuda al otro y lo pone en pelotas delante de ti mostrándote su ruindad, es la única que te puede salvar; porque todos somos atroces, todos somos imbéciles y todos somos capaces de echar a perder lo mejor de nuestras vidas. Pero es cuando de verdad explicamos por qué hemos llegado a ese punto, cuando vemos al otro como la mierda que es y la mierda que en otros momentos hemos sido nosotros, cuando podemos, entonces, darle la vuelta a la tortilla, sentir lástima por él, desearle suerte en su aventura e, incluso, mientras continuamos con nuestra vida, arroparle con nuestra amistad cuando se de cuenta de que la cagada ha sido tan grande que no tiene vuelta atrás.

3 comentarios:

sil dijo...

Eres la mas grande entre las grandes!!
la silvi que te quiere mazo

La Otra dijo...

Olé, olé y olé!!!!

patadas dijo...

eres voraz y a veces tu inteligencia me inquieta y atemoriza...muy buenoooo!