Seis molinillos de viento que llegan de distintas partes, que se juntan, que se ríen, que se separan, que se echan de menos, que de recuerdan, que se ayudan estén donde estén, que siguen dando vueltas movidos por aires diferentes, que aparecen en balcones diferentes, que se quedan quietos aplastados por la calima de una tarde de agosto, que duermen siestas a un u otro lado del Atlántico, que necesitan pocas palabras porque hablan el lenguaje de los molinillos... seis molinillos de viento que este fin de semana dieron vueltas juntos, por las calles de Pamplona, dentro de la basílica de la Santísima Trinidad de Arre, en la casa de la abuela y en el bullicio del Che... Gracias!!!!
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