Ni cesárea programada, ni el cálculo del ginecólogo... Leo llegó cuando él quiso, cuando tenía ganas de salir, aunque le sacarán un poco a la fuerza... Leo decidió ser genereso y darle el mejor regalo a su abuelo paterno y nacer el mismo día que él... Y llegó moradito de frío y llorando como si le llevaran los demonios, aclarando cuál iba a ser su sitio en el mundo... Y con dos gestos, cerrando su mano en mi dedo corazón y frunciendo el entrecejo, se hizo con un sitio a mi lado por los siglos de los siglos...
martes, 17 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
qué boniiiito!
ya te_os lo dije por tfno,
ahora por escrito . .
e n h o r a b u e n a !!!
Publicar un comentario