sábado, 27 de junio de 2009
viernes, 26 de junio de 2009
Al pop se le paró el corazón

domingo, 21 de junio de 2009
jueves, 18 de junio de 2009
B.B.
martes, 16 de junio de 2009
La foto 28

¡Quedé finalista en la Fotomaratón de Aluche!!!!!. ¡Qué ilusión! Con tanto trajín, me acabo de enterar. Ni siquiera bajé a la caseta donde estuvo expuesta...pero...¡qué ilusión! (Bueno, había más de cien finalistas pero...¡qué ilusión!!!)
lunes, 15 de junio de 2009
tarde libre
En los casi dos años que estuve viviendo en San Hermenegildo nunca bajé a Plaza España al caer el sol. Lo hice la semana pasada, en mi tarde libre. Si te sientas mirando a esa bola del mundo que preside la plaza, a la izquierda puedes ver las borrosas luces de la Gran Vía cuando la tarde se desploma. Cientos de coches que suben y bajan, que van, que vienen. Rápidos o lentos. Tristes, felices. Susurrando, gritando...Un café helado, un pitillo que se deshace entre mis dedos y el pensamiento suspendido entre el cesped del que ha sido siempre mi punto de partida. Cuatro horas libres estiradas en un paseo con mi bolso colgado del hombro, ese al que a veces echo de menos.
sábado, 13 de junio de 2009
jueves, 11 de junio de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
la rana de Keiko
sábado, 6 de junio de 2009
viento del oeste
viernes, 5 de junio de 2009
batallas contra el amarillo

Llevamos un mes de pelea con el color amarillo, un color que ha venido a instalarse en casa, que ha invadido a Pita sin su consentimiento pero como consecuencia de sus tercas ganas de no comer. De no comer porque me cambiáis de casa, de no comer porque me cambiáis de comida, de no comer porque hay un enano llorón durmiendo en mi lado de la cama, de no comer porque no tenéis tiempo para abrirme el grifo de bidé y beber tan tranquila, de no comer porque algún que otro fin de semana habéis traído un perro a casa, mi espacio, a mi terreno (suponemos que la gota que colmó el vaso). Y con la tontería del no comer, pasamos de pesar más de seis kilos a los tres y medio de hace más de dos semanas. Y con tanta pérdida y tanta desgana, el hígado de Pita de petó y el amarillo se instaló en sus orejas, en sus encías y en su boca. Y el no comer porque estoy enfada paso a ser un no comer porque estoy mala. Y sufrimos las jeringuillas a la fuerza y cuatro días de suero y yo no sé cuantos días de comer poco y a base de súplicas y caricias varias. Y la pescadilla que se muerde la cola (no como porque estoy mala, estoy mala porque no como) casi puede con nosotros.
Esta mañana Pita ha sacado sus dos patitas de estar más allá que acá. El amarillo se ha ido, así que parece que le hemos ganado la batalla al amarillo, pero no sé si hemos ganado la guerra, así que seguimos peleando, por lo siglos de los siglos...
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