Hoy vuelve Keiko, que cumplió lo prometido y vino desde el país del sol naciente para conocer a Leo. Y vino con una rana tejida en sus tardes libres debajo del brazo. En cuanto salió de su bolsa de papel, se encaramó a la ventana de la habitación de Leo, y de allí no hay quien la baje.
miércoles, 10 de junio de 2009
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