sábado, 4 de diciembre de 2010

Despistar


Guardar los zapatos debajo de la cama. Hacer todas las noches autostop en la carretera equivocada. Comerme el helado de dulce de leche hasta que me duela la lengua. Leer libros sin título. Dormir sin sueño. Escupir las ganas de llorar. Cantar sin voz. Dejarme olvidados recuerdos encima de cualquier mesa. Llegar a fin de mes. Tener un padre y un tío. Rezar sin saber hacerlo. Robar regalos para los amigos. Llamar sin tener línea. Dejar palabras prestadas a cualquiera. Olvidarme besos al final de una espalda que no existe. Decir todo en cada palabra. Demoler mi casa antes de que alguien la haya construido. Detener el tráfico si escucho la música de unos ojos nuevos. Destrozar folios. Limpiarme las manos en los bajos de otras faldas. Tirar el paquete de tabaco por el abismo de mis pulmones. Disfrazarme con cada sonrisa. Despistar, sobre todo, despistar para que el que se lleva mis zapatos de debajo de la cama cada mañana camine mis pasos sin desgastar la suela.

No hay comentarios: