jueves, 29 de enero de 2009

San Hermenegildo

Será siempre la casa de la sal gorda, la de los mil artistas, la casa del tragaluz, la casa donde estuve completamente a mi bola, viviendo sola, subiendo y bajando escaleras, decorando sin consensos, a 2 minutos de las comendadoras, a 5 de malasaña, a 10 de gran vía...
Será siempre la casa de salir a pasear, a placear, a malasañear. La casa con ventana en el techo desde donde escuchar los conciertos del Condeduque.
La casa de mis 30 y mis 31, donde celebré un cumpleaños y una nochevieja, la casa en la que desde el sofá-para-una, desde esa cajita de zapatos, siempre se veía el mundo entero y unas bolas luminosas colgando.
Siempre será la casa del balcón con vistas a un patio del que sobresalía el periscopio de un horno de pan por el que a la una de la madrugada, cada día, salía un olor que inundaba el salón de croissants.

1 comentario:

pepita pulgarcita dijo...

..entonces, ahora dónde??

beijos!