martes, 17 de noviembre de 2009

Masticar tristezas

He aprendido a masticar la tristeza. La mastico igual que mastico piedras, con clama. Con una calma infinita que permite que las aristas de la tristeza no me revienten la boca, aunque no puedo evitar que me rompan los dientes. Lo peor es que las sonrisas ya no me salen iguales. Soy incapaz de estirarlas hasta el infinito.

3 comentarios:

Rafa Gassó dijo...

Dale fuerte, bella Rojita; conozco lo que sientes pq a los míos nos pasó lo mismo. No es fácil, pero mientras haya sangre (y no sé de nadie que mantenga sus constantes vitales sin sangre), antes o después siempre vuelve a salir el sol. No es una gripe, que se pasa en una semana. Pero se pasa, estate segura.
Un beso fuerte desde las gélidas tierras del Este.

ade dijo...

rojita si te pasa eso
me siento igual a veces
a veces
no se si volvere a reir igual de largo
de estirado
sin fuerza de gravedad
......

pepita pulgarcita dijo...

..las sonrisas se asomarán a través de los piños rotos,
ánimo. dejar que mojen las tristuras pero que no calen; para que como un arco iris las comisuras se estiren y se inflen los carretes..