porque estoy así, como estoy ahora, me afectan cosas que antes me afectaban, pero supongo que no tanto, que de otra forma... así que cuando escucho el ruido del mar, y veo que todavía es de noche a las 7.30, me entra uno de esos escalofríos nuevos, aunque todavía esté debajo de las sábanas, y me estiro hasta llegar al final de la habitación de este hotel que tiene nombre de sueño francés decadente y soleado, y la penumbra sigue mientras suena el agua de la ducha... y desayuno tres veces, tres desayunos distintos... y me odio por velar un carrete de 120 al tercer intento y estropearme a mí misma la fiesta del día, pero igual me echo a la calle, fresca, ya sin enfado, con ganas de esconderme en una sala oscura... y porque los sueños son recuerdos del pasado y miedo al futuro, me acabo encogiendo en la butaca mientras lo que empezó lindo acaba feo... y la pelota blanca que salta por los títulos de crédito se queda conmigo la siguiente sesión, y otra vez me vuelvo a encoger con unos ojos que hablan todo el rato, incluso cuando están cerrados, llorando, enrabietados, encerrados en una leonera, y sólo respiro al final, cuando los intoxicados cantan la nana 'Duermete niño'... y luego me agoto en la oscuridad y en la hipocondria sentimental, pero se me pasa rápido, nada más salir a la calle, y ver que el sol sigue ahí, y el teléfono que se queja otra vez porque hoy está castigado al silencio... y cuando oigo esos continuos "compas" de los rostros ocultos y llenos de la dignidad que cree que otro mundo es posible, me dan ganas de mil cosas a la vez... y vuelvo a la luz, subida en un carrusel de sueños, leoneras, amorosas soledades y corazones del tiempo.
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