viernes, 26 de septiembre de 2008

de sueños, leoneras, amorosas soledades y corazones del tiempo






porque estoy así, como estoy ahora, me afectan cosas que antes me afectaban, pero supongo que no tanto, que de otra forma... así que cuando escucho el ruido del mar, y veo que todavía es de noche a las 7.30, me entra uno de esos escalofríos nuevos, aunque todavía esté debajo de las sábanas, y me estiro hasta llegar al final de la habitación de este hotel que tiene nombre de sueño francés decadente y soleado, y la penumbra sigue mientras suena el agua de la ducha... y desayuno tres veces, tres desayunos distintos... y me odio por velar un carrete de 120 al tercer intento y estropearme a mí misma la fiesta del día, pero igual me echo a la calle, fresca, ya sin enfado, con ganas de esconderme en una sala oscura... y porque los sueños son recuerdos del pasado y miedo al futuro, me acabo encogiendo en la butaca mientras lo que empezó lindo acaba feo... y la pelota blanca que salta por los títulos de crédito se queda conmigo la siguiente sesión, y otra vez me vuelvo a encoger con unos ojos que hablan todo el rato, incluso cuando están cerrados, llorando, enrabietados, encerrados en una leonera, y sólo respiro al final, cuando los intoxicados cantan la nana 'Duermete niño'... y luego me agoto en la oscuridad y en la hipocondria sentimental, pero se me pasa rápido, nada más salir a la calle, y ver que el sol sigue ahí, y el teléfono que se queja otra vez porque hoy está castigado al silencio... y cuando oigo esos continuos "compas" de los rostros ocultos y llenos de la dignidad que cree que otro mundo es posible, me dan ganas de mil cosas a la vez... y vuelvo a la luz, subida en un carrusel de sueños, leoneras, amorosas soledades y corazones del tiempo.

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