
Sólo pienso en caminar entre hojas tumbadas. Ahora sólo le doy vueltas al baile de los árboles. Sólo pienso en el olor del fuego en una chimenea. Y el chasquido. Y el calor. Y en una sopa de cocido. Y en dormir todos juntos en un pueblo donde sólo llegan los que se pierden. Y en la humedad del campo por la mañana y sus las setas suaves. Y en caminar un rato de la mano. Y en el único bar del pueblo: dos cafés con mucha leche y chocobiberón. Sólo pienso en los días rojos del calendario.
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