miércoles, 4 de junio de 2008

deditos entretenidos

Se me entretienen los dedos entre las puntas del pelo sin casi darme cuenta. Dan vueltas a rizos que no tengo y que no he tenido nunca. Lo hago sin más, en momentos pequeños a los que me agarro con fuerza, como cuando veo la tele, hablo contigo o espero el 34 para ver a la pequeña saeta rubia. Otras veces, se me pierden frenéticamente entre miles de telas, hilos y cuentas, a golpe de tijera, deslizando silicona, agarrando alicates y sacando un montón de cosas fuera. Ahora se me pasean sobre estas teclas, volviendo al rojo, dando voz a lo que sólo a mí me suena. A ratos se me guardan en los bolsillos, buscando lo que nunca encuentro, huyendo rápido del frío. Ya de forma maquinal se lían esos cigarrillos que no me fumo sola, que siempre comparto, que nunca termino. El otro día se me quedaron atrapados entre las piernas, respirando humedad y ganas. Cuando puedo, intento que suelten formas y colores sobre papeles blancos, pero ellos hacen y deshacen, ellos deciden, y a veces se enfadan de pura impotencia. Y los imagino verdes, como los de mi María, plantando vida y recogiendo alegría. Los tengo entretenidos; deditos veloces que tiran de mí y de mis ganas, que hacen cuando yo no puedo, que deciden cuando yo no pienso.

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