domingo, 21 de octubre de 2007

OTOÑO

Cuatro colores de esta bitácora han nacido en Otoño, uno en invierno, y el más jovencillo en primavera. ¡Vaya desprecio que le hemos hecho al verano! O, quizá, él sabrá lo que nos ha hecho a nosotros. Otoño es el del verde, el rojo, el azul y de otro más que, vaguete, aún no se ha desperezado.

Otoño, por tanto, merece homenaje. Es más que tiempo. Es espacio, lugar en el que me encuentro, geografía del ‘mi’, identidad que me puebla.
Es el poco frío, el poco sol, el rayo suave. Es la piel cubierta y a ratos descubierta. Es el café en la terraza y la copa nocturna en el bar. Es la noche fresca, la mañana templada, la brisa en el rostro, que espera otro año. El ciclo no empieza en enero. Comienza en Otoño. Termina en Otoño. Continúa en Otoño. Siempre es Otoño.

Yo me visto y los árboles se desvisten. Pero antes, coquetos, se han disfrazado de amarillo y marrón, sumándose al verde, para invitarme a la fiesta: descensos en picado de hojas caducas que aterrizan en la hierba y le hacen alfombra. Cruje ésta bajo las suelas incautas de algún paseante ignorante. Pero prosigue el espectáculo: se desordenan con el viento, se elevan, se retuercen en las alturas y, al fin, van a caer con precisión para crear la escena anhelada. Desde mi ventana, que hace marco, observo las hojas mareadas en el agua estancada; tenues luces de tarde entre los desnudos árboles rematan el cuadro. Firma el mismo autor de siempre: Otoño, Otoño, Otoño.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El otoño es primavera en el otro lado del mundo, ya lo sabeis, pero yo tambien considero que naci cuando las hojas empiezan a caer.
Me ha encantado el texto, azulita.

Anónimo dijo...

a cuatro colores de esta bitácora los engendraron en invierno, a otro a finales de primavera y al benjamín...en verano (nada contra el verano!!!)