lunes, 17 de diciembre de 2007

Tristura

Una china de tristura. Eso era lo que tenía ayer dentro de la bota. Y no se por qué. Pero estaba triste y desolada y con la lágrima a punto todo el día. Supongo que alguna vez tienen que pasarme estas cosas. Siempre tan alegre. Pues ayer no. Ayer tristona. Salí de la oficina de correos y encontré una tienda de miniaturas que me sirvió para evadirme un rato. La frutera me hizo sonreir varias veces y compré más bolas navideñas para adornar mi casa. Este año tengo vía libre y ningún límite ni control. Me puse a planchar mantelería navideña y me hice una delicatessen para cenar (bacalao ahumado con tomate triturado, ajo y perejil, ya lo incluiré en el recetario aún inexistente de este blog). Escuché un par de discos tristes para potenciar mi tristeza (que la pena dura tanto como quieras tú seguir llorando) y puse una lavadora. Vi CSI hecha un ovillo en el sofá con otros dos ovillos peludos. Quizá esperaba que viniera alguien que no vino y me quedé dormida allí hasta las tres. Después subí a la cama, con sábanas nuevas, y esta mañana se me ha quitado toda la tontería cuando he visto lo guapo que sigue estando mi hermano, recién llegado de Australia. Mi hermanito ha vuelto!!!! Como el turrón, por estas fechas. Guay.

3 comentarios:

lasnenas dijo...

Y yo al tiempo pensé hacerlo también pero preferir dejar aire para... para eso que no llegó. A partir de ahora pienso inmiscuirme a cada instante en tu vida

Anónimo dijo...

bss.

Anónimo dijo...

por eso llamé yo y no había respuesta, por eso lance un sms y nada de nada... esta mañana lo pensaba esta cabecita y lo sentían la llemita de estos dedos... si ya estás bien, bien está... dile al que viene de lejos, que si se queda, que yo sigo bailando...