Buscamos casa. Hemos encontrado algo que nos encanta entre pinos, rodeado de árboles de más de 30 años, con una terraza que se abre a un cielo bien azul. Lo malo es que el camino que hay que recorrer entre los sueños de sus antiguos dueños y nuestros sueños, es un poco largo, un poco dificultoso. Lo divertido es que ya nos hemos puesto a tirar tabiques, a subir techos, a cambiar ventanas, a pintar paredes... No me quito de la cabeza que cuando baje al pueblo, compraré el periódico en el estanco que está cerca de esta calle, y me jugaré un partido o una etapa del Tour.
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