Hay ratos en que me abrazo a mi soledad. Es algo que no me pueden quitar, y menos cuando es principio de semana resacosa. Y subida en la santa noria de mi vida misma, me doy cuenta de que mi soledad es sólo mía, así que me vuelvo egoísta y no la comparto con nadie.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario