Y si yo soñé que es un niño, y si ese niño me dijo que se llamaba Leo en una calle destartalada de Delhi, y si me miro desde ahí abajo asegurando que sabía quién era yo, por qué iba a ser de otra forma... Hoy la realidad nos ha adelantado, y nos ha enseñado unas manitas que se tapaban la cara, y unas piernitas que se estiraban hasta el infinito. Y ya sabéis, a mí se me ha alargado la sonrisa del lado izquierdo y se me ha escurrido un lagrimón incontrolado.
martes, 14 de octubre de 2008
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