miércoles, 7 de mayo de 2008

radiografía de una misma


Hoy me he levantado mal porque he soñado feo, de un feo que no quiero ni acordarme, aunque me acuerdo. Me he puesto unos pantalones cómodos, una camiseta amarilla de Ganes y zapatillas verdes. He salido deprisa de casa, sin correr, pero deprisa. Y he vuelto a mis clases de yoga, esas que abandone hace como medio año. Ya no es Kundalini, es Hata, pero da igual, la cosa es saber cómo y por qué se respira, colocarse en posturas imposibles y que no importe. Mientras estaba en clase, la chica de recepción se ha quedado con mi teléfono porque estoy de guardia, porque todos estamos esperando a que llegue Hugo; y puede llegar en cualquier momento, de cualquier forma. He vuelto a casa después de pasar por un contenedor de papel y tirar dentro mi diario de los 16 años, porque sí, por tirar etapas, por quitar cosas del medio. He llegado ha casa y me he hecho un zumo de naranja. Ha sonado el portero. Era María, la de Lo Máximo, que venía a por sus tres vestidos y ha contarme que se ha operado los ojos. ¿Me atreveré yo algún día? Al irse María me he tomado el zumo de naranja, me he duchado, me he secado el pelo y me he puesto la ropa. Mientras sonaba Maga en la cadena, he puesto una lavadora con el abrigo rojo que tanto le gusta a la morenita. Entonces ha llegado la hora de currar, de curar para nosotros. Mientras retocaba las camisetas que el Rana hizo anoche, tenía los pies metidos en una barreño, para hacerme la pedicura, esa que le parece rara a nuestra chica de CiU. Antes de comer he forrado botones naranjas, verdes y blancos con pintas rojas. Y cuando Christina Rosenvinge cantaba 'Alguien que cuide de mi', yo pelaba una patata en la cocina, tan feliz, tan tranquila. La he frito en mi mini freidora para que acompañara a las albóndigas de la mami. ¿Por qué cuando se come solo se come más rápido? La tele me hacía compañía de lejos, como con desgana. He fregado nada más terminar de comer, para que luego no me diera pereza. Y he vuelto a las camisetas, pero ahora a hacer las mías, las nuevas, y unas pocas de las de siempre. Y en eso estaba cuando el Rana ha entrado por la puerta con Lantana. Dos copas de Santa Teresa con naranja nos han llevado a quitarnos la palabra hablando del cultivo casero de setas o de la Goa del domingo. Charly se ha puesto su casto amarillo justo antes de despedirse, subirse en la bici y decirnos que luego nos vemos. Nosotros hemos cruzado la calle para comprar un kilo de tomates, un pimiento rojo pequeño y naranjas para el desayuno de mañana. Luego hemos vuelto a cruzar para comprar cerveza, pan integral y vino. Al volver a casa he tendido la lavadora y he colocado la compra. Y mientras el nené prepara humus para cenar con el Mono y su chica, a mí me sale esta radiografía de mi misma, en la que busco retazos de malos sueños y ya no los encuentro.

2 comentarios:

pepita pulgarcita dijo...

me da muy buen royo leerte, pq hoy, precisamente, he estado con maría, la virgen de getafe e inumerables títulos más, tomandome unas birras en el viriato y después en lo máximo. y precisamente, iba rewapa con un lindo vestido que me contaba, había comprado a unos tipos muy majos en la calle mallorca. el mundo al final es una espiral. y yo aún sin ir a verops!

Anónimo dijo...

qué fuerte amore!!! la virgen de getafe es lo mejor... que bueno que entre en tu casa alguien que no conoces de nada y a los dos segundos, se convierta en alguien de toda la vida. el mundo es una bendita espiral, sí, si... y no te preocupes, que mallorca está ahí, no se va a ir a ninguna parte, así que puedes venir cuando quieras. trillones de besos.