jueves, 22 de mayo de 2008

un trato conmigo misma

Vida a cambio de vida. Ese es le trato entre gente buena.... Creo que a mí se me había olvidado, así que voy a dejar de contar espacios y voy a volver a inventarme nombres distintos para llamar a la misma persona, que eso me sale fácil y sé hacerlo. Y volveré a sudar, y a hablar bajo, que casi no se me oiga. Y dejaré de esperar que llegue mi momento y me taparé los oídos para no oír como se rompen los vasos de cristal. Voy a pedirle a alguien que se invente un país imaginario para cuando quiera perderme, o esconderme, y que sólo le diga a él qué país es, para que sólo él pueda encontrarme cuando me quiera buscar. Voy a volver a ser valiente, y no me dará miedo casi nada. Y me acordaré de que hay un montón de cosas que no son como pensamos, y que hay otro montón de cosas que se pueden cambiar si queremos. Me gustaría volver a andar descalza por El Picadero y que mi abuelo me consuele si me quemo con una colilla mal apagada. Y bailar con mi padre sin que tenga que ser la boda de nadie. Que no quiero que me consuman tanto las batallas entre delfines y tiburones. Dejar de hacer jodidamente complicado lo sencillo. Reírme en pleno verano. Quiero que los problemas salgan de mi casa. Quiero lo que tengo que tener y que no me lo quite nadie. Hay cosas que son cuestión de matices, pero en esta vida, los matices, por muy pequeños que sean, son fundamentales. Así que dejaré de alimentarme de pequeñas tristezas, porque no quiere enfermar de nostalgias tontas. Ya sé que he olvidado en que pared se cuenta hasta cien y por dónde hay que empezar a buscar, pero sé que volveré a escribir notas que me salgan de las tripas. Y voy abrir un espacio nuevo en el calendario, que me guste, que nos guste a los dos, que nos guste a todos.

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